No oprimirás al jornalero
pobre y menesteroso, ya
sea de tus hermanos o
de los extranjeros que
habitan en tu tierra dentro
de tus ciudades. En su
día le darás su jornal, y
no se pondrá el sol sin
dárselo; pues es pobre, y
con él sustenta su vida;
para que no clame contra
ti el Senior, y sea en ti
pecado.